Refinería del Pacífico
Desde el inicio del gobierno de Rafael Correa hemos oído sobre tres megaproyectos para la provincia de Manabí: un gran puerto de transferencia de carga en Manta, la vía Manta-Manaos y una gigante refinería de hidrocarburos cerca de la urbe manabita. Del utópico puerto a donde vendrían grandes barcos con mercadería para ser transferida a buques menores para transportarla a otros puertos peruanos, chilenos y ecuatorianos, se habla menos desde que la empresa china abandono la concesión. La vía Manta-Manaos nunca fue definida claramente, ¿cual seria la parte terrestre y cual la fluvial?, no hay siquiera estudios sobre la navegabilidad del río que se utilizaría para conectar a Manta con la hidrovía Amazonas-Marañon. De los tres proyectos estrella que lograron que los manabitas se volcaran a favor de Alianza País, ahora solo se oye de la mega refinería.
En el 2007 se firmó con Venezuela un acuerdo para la construcción del proyecto que nos hizo suponer que ese país financiaría la refinería, sin embargo aún ahora se continúa buscando fuentes de financiación para que el proyecto pueda realizarse. Hay aspectos fundamentales que no están claros: ¿de donde provendrían los 300.000 barriles diarios de petróleo que requiere el proyecto? Si la fuente es el crudo de los campos ITT, ¿cómo se transportarían desde el oriente? ¿habría que hacer un nuevo oleoducto, o se transportaría por los existentes a Esmeraldas para llevarlo por barcos a Manabí.
Nunca quedo en claro ¿porqué se desecho el sitio de Monteverde en la provincia de Santa Elena?, que fue escogido hace más de veinte y cinco años para construir la nueva refinería. Posiblemente fueron razones políticas dado que Manabí tiene más votantes. En buena hora que se ha sustituido el área de El Aromo, donde se colocó la “primera piedra” con la presencia de Hugo Chávez hace casi tres años, y que es frágil ecológicamente. Sin embargo, nos llama la atención el alto costo, sobre los 5000 dólares la hectárea, en qué se han adquirido, según notas de prensa, los terrenos ahora destinados para la gigante obra. En la península de Santa Elena, tierras similares, originalmente secas e improductivas pero con riego del trasvase, no superan los 1500 dólares la hectárea.
Una inversión sobre los 12000 millones de dólares, la mayor en la historia del país, debe ser realizada con pulcritud y transparencia. Hemos leído de contratos en estudios de cientos de millones de dólares, pero no sabemos ¿cuándo se realizaron licitaciones para escoger a los adjudicados?, ¿cuales son los criterios para definir los detalles del proyecto?, o ¿si este incluye la construcción de poliductos para la evacuación y distribución de los productos? Seguimos sin entender cual es el aporte de Venezuela para que PDVSA tenga la mitad de la empresa que se formó para operar la mega obra.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicada en: Diario EL COMERCIO