La Ciudad y su entorno

Publicada el 25 agosto, 1986 - Diario Expreso

Desde hace algunos años, mi buena amiga, la Dra. Ester Avilés Nugué, me viene solicitando que escriba periódicamente en este prestigioso diario guayaquileño.  Hace pocas semanas, me lo pidió nuevamente;  y por primera vez considere seriamente aceptar la propuesta.   Antes de hacerlo, decidí que sería conveniente que definiera  un tema específico, aunque lo suficientemente amplio para concretar las ideas que se expongan en esta columna.  Pensé entonces que el gran motivo de inspiración para llegar a ustedes, debería ser Guayaquil, la gran ciudad en la que la mayoría de los amables lectores y yo, vivimos.   Pero no solo de la urbe en sí, sino también de toda la región donde esta se encuentra; de la península de Santa Elena y de  la Cuenca del Guayas. De las medianas y pequeñas poblaciones alrededor del emporio huancavilca.  De la ciudad y  de su entorno.  De Guayaquil, de su pasado, de su gente, de su infraestructura, de su industria, de su comercio, del transporte, de sus universidades.  De Guayaquil, de su presente y de su futuro. 

Guayaquil es “Perla del Pacifico”.  Como lo son también Hong Kong, Vancouver, Singapur, San Francisco, Sidney, San Diego.  Puede  Guayaquil ahora no ser la más limpia o la más bella, ni la más cosmopolita o desarrollada de entre estas perlas del mayor océano del mundo; pero es la más antigua, la de más larga historia. En Guayaquil se juntan todas las razas de la Tierra. A Guayaquil llegan personas de todo el Ecuador y de todo el planeta.  Desde Loja y  Corea, desde Génova y  Alausí; vienen con la esperanza de progreso.  En el año 2020, Guayaquil cumplirá doscientos años de su independencia y tendrá cerca de quinientos de haber sido fundada; debemos de impulsar nuestro progreso para que en ese entonces hallamos igualado y superado a esas hermanas perlas del Pacífico. 

En Guayaquil y en su entorno hay mucha riqueza.  Somos líderes del mundo en producción bananera y camaronera.  En las ricas tierras de la cuenca del Guayas y en la otrora seca península de Santa Elena, se pueden multiplicar una inmensa y variada lista de productos: arroz, cacao,  mangos,  melones, hortalizas, legumbres, langostas, ganado, avestruces, tilapias, y otros.   Guayaquil produce y exporta más de 1500 millones de dólares en bienes agrícolas y acuícolas anualmente.  Se puede en pocos años duplicar esa cantidad.  En Guayaquil hay gas y hay calizas.  Hay ingenio y hay pujanza.  Guayaquil tiene un gran futuro de crecimiento económico que influenciara positivamente en el desarrollo de la Patria, de la región andina y de Sudamérica.   Para aprovechar adecuadamente las estupendas perspectivas de nuestra urbe, sus habitantes debemos generar las ideas que impulsen su progreso y solucionen sus problemas, tenemos que  capacitar eficientemente a nuestra gente, e inspirar en nuestros hijos un espíritu de sana ambición y un disciplinado afán de trabajo.

Los problemas de Guayaquil y su entorno son muchísimos.  Faltan viviendas, sistemas de alcantarillado y de agua potable, pavimentación de calles y construcción de vías que mejoren la comunicación interurbana.  Hay que implementar sistemas de recolección de basura y su adecuada disposición para no afectar la salud ciudadana y proteger el medio ambiente.  Hay que mejorar la seguridad pública para que sus habitantes se sientan protegidos y puedan laborar con libertad.  Hay ignorancia de las reglas de  cultura cívica que son necesarias  cumplir para que haya una beneficiosa y grata convivencia.    Hay pobreza e indigencia.  Faltan hospitales, escuelas, áreas verdes, sitios para prácticas deportivas.  A Guayaquil,  a su historia y a su futuro, a las ciudades y campos circundantes,  al progreso de su gente, quiero dedicarle esta columna.  Esperamos que las ideas que exploremos puedan plasmarse algún día en realidad.  Nos sentiremos motivados y agradecidos con los comentarios de los lectores.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EXPRESO

1 comentario(s)

  1. María Claudia Cevallos Ugarte de González
    Me ha encantado volver a leer el artículo intitulado "La Ciudad y su entorno", del Dr. Benjamín Rosales publicado el 25 de agosto de 1986 en el entrañable diario guayaquileño Expreso. Amamos a Guayaquil porque es nuestra cuna y todo lo que contribuya a ennoblecerla merece nuestra felicitación y, aún más, nuestra admiración. que hacemos llegar al autor de esta nota periodística. Las críticas sanas y positivas dichas con sinceridad y respeto no ofende, por el contrario, estimulan y ejercen un mejor efecto que si fueran ofensivas. El artículo fue publicado hace 37 años. Y en 2023 Guayaquil se ha embellecido con nuevas construcciones, pero adolece de los mis mismos problemas estructurales que se menciona en el artículo, ha retrocedido en institucionalidad, seguridad, centros hospitalarios, protección ciudadana. Y no sólo eso: la democracia en Ecuador ha recibido un golpe mortal por el asesinato del candidato a presidente del país periodista y político Fernando Villavicencio. Es preciso ubicar y castigar a los culpables intelectuales de tan horrendo crimen por el honor y respeto para nuestro Ecuador. Es el primer paso para comenzar a reconstituir una auténtica democracia y, además del Estado, esta es una labor en la que todas las entidades sociales y políticas del país deben colaborar, por la pacificación del país. Desde esta capital saludo a Expreso, en sus directores, en particular a la Dra. Ester Avilés Nugué, colegas periodistas y personal administrativo. Muy atentamente, María Claudia Cevallos Ugarte de González Madrid, 15 de agosto de 2023
    15 agosto 2023Responder

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