¿Izquierda Cínica?

Publicada el 1 septiembre, 2008

En el pasado si la Policía Nacional entraba a los predios de cualquier universidad para atacar con palo, gas y patadas a estudiantes que hubieren ocupado previamente las calles, los grupos intelectuales y políticos de izquierda reaccionaban clamando por justicia contra el abuso gubernamental.  Lo sucedido en la Universidad Católica de Guayaquil hace pocos días es mucho más grave.  El Presidente Correa, estaba dentro de la Universidad en un insólito acto político, cuando un grupo de estudiantes ejerciendo el derecho de expresión, garantizado por la actual y aún por el nuevo proyecto constitucional, fue salvajemente atacado por la fuerza pública, que estaba ilegalmente en los predios universitarios y solapaba a violentos civiles que excedían en número a los estudiantes.

Luego que en los últimos dieciocho meses, hemos observado algunos sucesos abusivos protagonizados por el Presidente, nos ha decepcionado aún más, pero no nos ha sorprendido la actitud presidencial al incitar a una cobarde violencia de cuatrocientos contra cincuenta.  Tampoco nos ha llamado la atención la cínica campaña de desinformación en la que se pretende hacer quedar a las victimas como atacantes.  Las autoridades universitarias que estuvieron ahí se han encargado de esclarecer la verdad con las denuncias presentadas, pero la mentira repetida mil veces con ilimitados recursos públicos hará que muchos la crean.

Actitudes fascistas en la que se utilizan a grupos violentos para atacar a la oposición no son propias de la democracia, sino de regimenes totalitarios como los que dominaron a Alemania, Italia y Japón en el pasado siglo desde antes y hasta el fin de la segunda guerra mundial.   El socialismo que se impuso en Suecia, Francia o el Reino Unido y al que políticos de la izquierda ecuatoriana aspiran, lo hizo respetando la democracia y la separación de poderes;  por eso sorprende que los intelectuales supuestamente democráticos de izquierda no reaccionen ante los abusos de Dayuma, la Universidad Católica o los otros exabruptos violentos del mandatario, sino que más bien colaboren, oculten y solapen los excesos del régimen.  De esa actitud complaciente se pueden arrepentir más tarde, demasiado tarde.

Más allá de los errores, barbaridades o novelerías del proyecto de la nueva constitución y del turbador democrático que significa el propuesto régimen de transición, creo que  en el referéndum de septiembre lo que realmente esta en juego no es si la mayoría de la población acepta o no una nueva constitución con sus excesos, confusiones y defectos.  Lo que esta en juego es si aprobamos o no, un estilo de gobierno que confronta a ecuatorianos con abusos y prepotencia, que no beneficia ni permite el desarrollo democrático de la nación.  Esperamos ver como actúan los izquierdistas democráticos del país, si realmente existen.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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