¿Dónde está el centro?

Publicada el 2 noviembre, 2006

Muchos ciudadanos nos hemos quedado anonadados con el resultado de las elecciones recientes.  El acelerado repunte de dos nuevos grupos políticos autócratas, demagogos y familiares nos tomó por sorpresa aunque el desplome de otros, mal llamados partidos, que también se caracterizan por intolerancia y ausencia de prácticas democráticas ya se veía venir.  Lo cierto es que por esto y por fallas en campañas de candidaturas más al centro del espectro político, ahora nos toca una segunda vuelta electoral con opciones de extremas dogmáticas.

La una propone pelearnos con Cuba y Venezuela por ser antagonistas del poderoso del norte y firmar los acuerdos que los Estados Unidos propongan sin que hayan sido suficientemente negociados para que beneficien a los desposeídos del país y la otra rechaza negociar cualquier tratado con nuestro principal socio comercial por absurdos dogmas anti-gringos.  Parecería que las prácticas económicas si una candidatura triunfa sería regresar al fracasado estatismo sin incentivos a la inversión privada, si la otra, aplicar un neoliberalismo fundamentalista sin importar la corrupción e injusticias que genere.

Nos ha quedado una encrucijada puesto que quedaron en el camino opciones más centradas.  Los que representan el pensamiento democrático que no cree en fundamentalismos están disgregados en nuevos movimientos liderados por ex candidatos presidenciales y políticos prominentes que tienen la misma visión nacional de progreso y empleo generado con inversión pública y privada y combatiendo la infame corrupción que nos corroe.  Existen grupos de pensamiento nacionalista racional conformado por hombres y mujeres que respetan los procesos democráticos, tienen ideas pragmáticas que buscan el desarrollo nacional sin perjudiciales extremismos dogmáticos.

El resultado de esta contienda electoral debe dejarnos una lección.  Es necesario crear una unión democrática nacional, un verdadero partido que aglutine a esos ecuatorianos  que creen que los excesos ideológicos pueden perjudicar la economía y la moral y empobrecer más a los que deben beneficiarse con la acción estatal.  El ARE, la Red, Clave Democrática, UDC y otros grupos independientes comparten los mismos ideales. Algunos han colocado a miembros prestigiosos en el Congreso como Bolívar Castillo, Martha Roldós, Carlos Larreategui, Fernando Cordero, entre otros.  Creo que comparten esta visión algunos ecuatorianos que han terciado para la presidencia sin éxito como León Roldós, Jacinto Velásquez, Marco Proaño, Jaime Damerval y otros.  La agrupación que proponemos debe integrarse con políticos de todo el país, ecuatorianos ilustres e independientes que actúan con honorabilidad y responsabilidad cuando desempeñan funciones públicas como Medardo Mora, Franklin Cárdenas, Susana González, Marcelo Naranjo, José Cordero, Jorge Marún, Cecilia Calderón, Fernando Callejas y muchos más.

Este es el momento de pensar en alternativas políticas, integrar un partido en el cual se realicen elecciones para directivos y nominar candidatos, se capacite a sus miembros, se castigue la corrupción, se confronten ideas para encontrar las vías que nos permitan avanzar democrática, social y económicamente.  Para esto es necesario desprendernos de personalismos, trabajar en equipo y tener gran amor y fé en el futuro de la Patria.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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