División territorial del Ecuador

Publicada el 25 febrero, 2008

El Ecuador inició su vida republicana conservando la división de tres departamentos contemplada en la ley grancolombiana que a su vez respetaba la tradicional división geográfica de la Audiencia de Quito.  Con un afán centralista, porque perdían poder Guayaquil y Azuay, los gobiernos a partir de García Moreno fueron creando provincias dependientes de la administración central.  Luego de ciento cincuenta años en que se inicio esta subdivisión nacional, existen 24, unas con poco territorio y algunas con escasa población y capacidad económica o administrativa; muchas se formaron por presiones localistas sin respetar condiciones geográficas, sociales y económicas que las justifiquen.  Por eso, una de las fundamentales decisiones de la Asamblea es reestructurar la división territorial, designando claras funciones a los diferentes niveles del estado.

Provincias grandes o uniones de estas deben conformar regiones que puedan impulsar su desarrollo con autonomía administrativa y solvencia.  No es necesario destruir el actual nivel provincial, pero debe asignársele funciones específicas a sus órganos para que concentren su acción en el desarrollo rural integral, mientras las autoridades regionales podrán dedicarse a realizar vías, puertos, sistemas de riego y otras infraestructuras que permitan el crecimiento económico  y desarrollo social de los ciudadanos.  Las regiones deberán ser responsables de establecer políticas de fomento y protección ambiental en sus jurisdicciones y si estás son bien conformadas tendrán suficiente parte de las inmensas riquezas y variados recursos con que cuenta la Patria.

Más allá de cualquier nueva estructura regional, en la división territorial ecuatoriana la Constitución deberá fortalecer el nivel cantonal, no solo por la tradicional importancia de los cabildos en la vida nacional sino por qué en el mundo entero se demuestra la mayor eficacia de municipios para ejercer algunas competencias estatales.  Es preciso además, restablecer la importancia de juntas parroquiales y barriales como organismos que ayuden a alcanzar bienestar a través de la participación ciudadana;  hay en nuestro país muchos ejemplos exitosos de gestión comunal.

Algunos en el país quieren culpar del retraso que sienten padecer al mayor desarrollo de Quito y Guayaquil.  Es innegable que Ecuador es una nación con dos grandes polos urbanos que sobresalen en población, comercio e industrias sobre el resto, por eso comparto con el sociólogo Fernando Carrión la propuesta de creación de dos distritos metropolitanos que le den a esas urbes autonomías separadas de las demás regiones.  Los mencionados distritos deben incluir los cantones a los cuales se desborda el crecimiento urbano de la capital y del principal puerto, Salgolqui y Machachi en el primer caso y Durán, Samborondon, Daule, Nobol y Playas en el segundo.

Estos son los temas que se deberían estar discutiendo para que el trabajo de la Asamblea tenga el éxito que deseamos sin que esta se distraiga en leyes que le corresponden al próximo Congreso y que desprestigian su empeño constitucional.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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