Correcciones

Publicada el 17 enero, 2011

La falta de discusiones serias y abiertas, el mesianismo autoritario y un apuro irresponsable de última hora causaron que en la Constitución de Montecristi se incluyeran disposiciones idealistas e inconvenientes que afectan la seguridad ciudadana, el desarrollo económico y la estabilidad democrática en Ecuador.  Ahora, apenas dos años después de su aprobación, el Presidente Correa, principal protagonista del trabajo de los asambleístas, propone que se hagan las primeras correcciones al renombrado y extendido documento.  Muchos articulistas de la tan denostada prensa privada advertimos a tiempo de los problemas sociales que pudieran causarse con la inclusión de conceptos novedosos pero utópicos e irreales en la carta fundamental.

Es importante reconocer la franqueza presidencial al aceptar la necesidad de corregir la Constitución y convocar a una consulta popular para hacerlo más ágilmente.  ¡Es mejor temprano que tarde!  Hay una expectativa nacional por conocer cuáles serán las preguntas que planteará el mandatario, pues de la seriedad de estas depende la calidad de las reformas que se hagan.  Debido a la popularidad presidencial y al masivo manejo de propaganda en medios de comunicación que realiza el gobierno, es probable que la mayoría de ciudadanos apruebe el planteamiento que haga Correa.  Por eso es fundamental que este tenga objetivos claros, madurez política y patriótica intención.  No cabe que se planteen demasiadas preguntas, ni que se junten temas de menor transcendencia o sobre asuntos que pueden resolverse con una orden presidencial.

Lo fundamental es disminuir la grave inseguridad ciudadana que nos afecta a todos, para lo cual hay que eliminar las indiscriminadas: caducidad de la prisión preventiva y reducción de penas, aumentar los castigos por delitos atroces y reincidencias, pero no se debe manipular la conformación de las cortes socavando un nuevo sistema que aún no ha sido aplicado.

Es necesario cambiar disposiciones que impiden la celebración de acuerdos comerciales internacionales porque afectan el crecimiento de exportaciones y la generación de nuevas plazas de empleo, mientras nuestros vecinos globalizados se benefician.

Se debe limitar la revocatoria de mandato, que se califique las causas que lo motivan, porque si no, se está gestando una inestabilidad democrática de alcaldes y prefectos, se promueve un demagógico populismo y el abuso de propaganda por parte de ellos para evitar ser revocados, además de gastarse recursos en múltiples elecciones.

En pocos días conoceremos las preguntas y sabremos si el Presidente actúa con sabiduría y patriotismo para corregir algunos errores de la Constitución, o si este proceso es un acto más de política demagógica con el afán de aumentar la concentración de poderes y demostrar la fuerza electoral del mandatario.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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