Alternativas electorales
Poco entusiasmo existe frente a las elecciones presidenciales que se realizaran en tres semanas. Es la primera vez desde 1978, cuando se restableció la democracia, en que las expectativas son que un candidato gane los comicios en la primera vuelta electoral; esto ocurre gracias a la alta popularidad del Presidente Correa y la baja calidad de las alternativas electorales.
Los más de dos años de constante campaña política, el carisma e increíble vitalidad de Rafael Correa, los subsidios y ofertas que el gobierno hace, son las principales razones para que el Presidente en funciones pueda triunfar con una altísima votación, en las elecciones venideras. Poco importa a esos votantes las actitudes autocráticas, la concentración de poderes, el irreflexivo y diario afán de confrontación, las malas previsiones económicas o el agobiante y generalizado enfrentamiento con periodistas y medios de comunicación. El sueño de la revolución ciudadana, el fin de la vieja partidocracia corrupta y el carácter agresivo y dictatorial del mandatario cautivan a una gran parte de ecuatorianos.
La oposición por su lado ha sido incapaz de presentar coaliciones ni propuestas que sean buenas alternativas. Lucio Gutiérrez aspira volver al poder, al que llegó luego de hacerse conocer en un golpe militar y en el que realizó un razonable manejo económico, pues el empleo creció con estabilidad a pesar que los precios del petróleo estaban por debajo que los actuales. La manipulación política que hizo en la Corte Suprema que propició el retorno de Abdalá Bucaram, provocó reacción en movimientos políticos quiteños que apoyados por la anterior partidocracia, lo derrocaron.
Álvaro Noboa busca llegar a la Presidencia por cuarta ocasión y otra vez lo hace sin preparación estratégica ni proyectos de gobierno; su mayor merito es su heredada fortuna y sin preocuparle el evidente nepotismo, ha presentado como binomio a su esposa. Marta Roldós quiere aglutinar a la izquierda que se siente incomoda con las reacciones dictatoriales del Presidente, pero se le opone criticando sus posturas pragmáticas y utilizando la figura de su padre.
Hay cuatro otros candidatos que casi nadie toma en cuenta porque tienen pocas posibilidades, Diego Delgado, Carlos González, Melba Jácome y Carlos Sagnay. Este último sostiene con razón, que el principal objetivo del gobierno debe ser crear las condiciones para aumentar las inversiones privadas y la generación de empleo.
No hay alternativas presidenciales con preparación y buenos programas que nos entusiasmen. El Presidente no muestra intensiones de cambiar actitudes demagógicas que paralizan inversiones y vaticinan un oscuro futuro para la Patria. Esperemos que luego del seguro triunfo, Rafael Correa disminuya la eterna campaña y se concentre en enfrentar la crisis y generar empleo.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO