Cacareos Politiqueros
La conformación y el trabajo realizado por la comisión que ha auditado la deuda externa ecuatoriana, están claramente viciados de parcialidad y carencia de objetividad. En vez de realizar un trabajo técnico que ayude a reconstruir la complicada historia financiera y crediticia de anteriores y del actual gobierno, está comisión, presidida por el Ministro Ricardo Patiño, cuestionado precisamente por manipulación en el pago de la deuda, ha realizado una generalizada denuncia que no es sino, como dice César Montúfar en el articulo “Memoria y verdad”, más cacareo politiquero del gobierno nacional. La prensa nacional da cuenta del desprestigio, denuncias e investigaciones en su país, contra el asesor gubernamental y auditor de la deuda ecuatoriana, el argentino Olmos, lo que quita cualquier vestigio de seriedad al informe presentado.
Las irresponsables manifestaciones públicas continúan perjudicando la imagen internacional del Presidente, su gobierno y el país en general. Si bien es cierto que internamente ya estamos acostumbrados a demagógicas declaraciones y poco daño adicional pueden causar en las inversiones que hubieren planificado nuestros ciudadanos, en el ámbito externo los efectos negativos aumentan irremediablemente, afectando nuestra economía y desarrollo geopolítico, comercial e industrial. Por lo pronto, los créditos externos que potencian el comercio internacional se han restringido y los intereses para los que todavía existen se han elevado, lo cual dificulta y encarece la provisión de insumos para la producción nacional, afectada ya por la crisis internacional.
Las consecuencias a mediano y largo plazo de los repetidos y frecuentes cacareos politiqueros del Presidente Correa y miembros de su gobierno son terribles. Las relaciones diplomáticas con Colombia continúan interrumpidas a pesar de la tradicional hermandad de nuestras naciones; Brasil, nuestro gigante vecino y socio comercial ha llamado a su embajador para consultas y revisará los programas de cooperación; nuestro Presidente no asistió, ni siquiera como observador, a la importantísima reunión de mandatarios de las naciones de la Cuenca del Pacifico que se acaba de efectuar en Lima y cuya asociación debemos integrar.
Gran daño esta hecho, pero aún hay espacio para reflexión y rectificaciones. Es verdad que a gran parte del pueblo ecuatoriano le gusta la prepotencia y discurso patriotero de sus líderes, pero este cuento funciona poco tiempo, cuando se sientan los efectos de aumento de desempleo, disminución productiva, mayor pobreza e inseguridad, el pueblo reacciona contra los que lo engañan. Si Rafael Correa decide utilizar su fuerza política para construir en vez de destruir, en real beneficio al pueblo sin arriesgar el futuro nacional con demagógicas diatribas, seria mucho mejor para la patria.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO