Inseguridad y Desempleo

Publicada el 8 diciembre, 2008

A pesar de que algunos en el gobierno piensen que el aumento de la inseguridad es una percepción provocada por los medios de comunicación, muchos ecuatorianos sentimos que el nivel delincuencial es mayor que nunca.  A diario oímos de robos, asaltos, secuestros y asesinatos, de personas que conocemos, por lo que al menos en este aspecto, podemos concordar con las coplas de Manrique que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Hacen falta muchas acciones para cambiar esta realidad.  La Policía Nacional tiene unidades bien entrenadas y organizadas que funcionan con eficiencia, como la antinarcóticos y la UNASE, otras como la Judicial donde hay mucho que hacer para perfeccionarlas, pero las policías de vigilancia y transito deben ser profundamente descentralizadas para mejorar su efectividad.  Es evidente la necesidad de depuración y mejoramiento de los sistemas judicial y penitenciario para que se castigue adecuadamente y disminuya la reincidencia de los delincuentes.

Algunas acciones concretas, como el control de cachinerías e invalidación de teléfonos perdidos, son objetivas pero no suficientes.  Es necesario controlar las fronteras;  la eliminación unilateral de visas por parte de Ecuador, fue una medida utópica y peligrosa que debe acabarse;  si los ciudadanos de los países vecinos no requieren visa por convenios de integración, debe controlarse su record policial, registrarse su domicilio y tiempo de estadía.  En fin, el sentido común dicta las medidas que debe tomar el estado para proteger a sus ciudadanos de delincuencia importada.

Otro factor importante que incide en la inseguridad ciudadana, es el aumento del desempleo.  Esto ocurre porque la crisis internacional e inseguridad jurídica coartan potenciales inversiones.  La industria florícola y camaronera están afectadas por bajos precios, el trabajo de ecuatorianos en el exterior disminuye, afectando las remesas.  Ojala algunos de ellos puedan regresar y con la experiencia adquirida abrir nuevas empresas, pero ¿quien arriesga iniciar una, cuando en estas hay posibilidad de fracaso y ya no hay siquiera un  periodo de prueba laboral que evita incurrir en altísimos costos cuando el empleado nuevo o el negocio iniciado es malo?

A pesar del gran potencial del país para crear empleo en agroindustria, minería y turismo;  el bamboleo legal, los bajos precios internacionales y la propia inseguridad atentan contra esto.  No es a través de amenazas y leyes abusivas que el sector privado va a entrar en un renovado esfuerzo para generar producción y trabajo que libere al pueblo desempleado de la pobreza; sino con estrategias comunes, beneficios laborales realistas, sistema legal estable y un ambiente de colaboración entre autoridades, fuerza laboral y empresarios.  Debemos esperar que el Presidente Correa y su gobierno encuentren el camino del progreso;  de lo contrario, el Ecuador sufrirá más inseguridad y desempleo.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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