Responsabilidad Estatal

Publicada el 12 junio, 2006

Una vez que el estado ecuatoriano declaró la caducidad del contrato con la Occidental, debe actuar con sabiduría y agilidad, virtudes que generalmente carece, para afrontar las consecuencias legales y diplomáticas con el fin de disminuir los efectos negativos de la controvertida decisión.

Para evitar el deterioro de los campos que eran objeto del contrato con la petrolera norteamericana, éstos deben ser concesionados a una empresa experimentada y eficiente.  Petroecuador no es una opción;  suficiente trabajo tiene la estatal nacional con mantener y acrecentar la producción en los campos que  actualmente administra.  Petrobras de Brasil, ENAP de Chile y otras empresas latinoamericanas son alternativas válidas.

Debe de establecerse un fideicomiso con una buena parte de los recursos que producen los bloques de marras para utilizarlos en los gastos de defensa de la posición ecuatoriana y el eventual pago de indemnizaciones.  La Oxy, respaldada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, buscará resarcirse ante lo que consideran una confiscación.  Debemos defendernos, pero por mejor que lo hagamos hay posibilidades de que tengamos que pagar cientos de millones de dólares.  Lo responsable es prevenir estableciendo una reserva; si salimos bien librados, podríamos disminuir la deuda pública con los fondos sobrantes.

El Ecuador necesita mayor inversión en el área petrolera para aprovechar la bonanza de los precios, que según algunos analistas, puede durar un lustro.  Luego de eso, con el surgimiento de energías alternativas, el derrumbe de éstos puede durar más y ser la caída más profunda que en la última ocasión en que nos afectó más de diez años.  Esto significa que debemos aprovechar al máximo la situación actual utilizando la capacidad total de evacuación del crudo del oriente de más de 850 mil barriles diarios.

A pesar de la coyuntura de precios, el litigio planteado por la petrolera no le favorece al Ecuador para atraer inversiones, que son necesarias para explotar ricos campos como el ITT en el oriente y los del Golfo de Guayaquil.  Debemos resolver éste y otros temas como el de acuerdos y cuentas pendientes con los generadores a gas en El Oro, para que no se crea que el Ecuador atenta contra los intereses de empresas norteamericanas.  Esperamos que éste no sea el caso y que el gobierno no caiga en actitudes xenofóbicas.  Nos conviene encontrar salidas transaccionales para evitar años de disputas y demoras en el aprovechamiento de nuestras riquezas.

Una actitud justa y equilibrada del gobierno de los Estados Unidos, que hasta ahora ha solapado aún pretensiones injustas de sus empresas, es fundamental para evitar que las relaciones con Ecuador se compliquen.  La caducidad obedece a disposiciones del propio contrato ante incumplimientos de la petrolera.  Se hubiera podido llegar a alguna racional transacción pero las condiciones políticas influyeron negativamente en el gobierno y la propuesta avara y actitud prepotente de la compañía norteamericana lo dificultaron.  Son cosas que ocurren en negocios de riesgo con contratos complicados, sobretodo cuando no se cultiva la relación entre socios.  Eso no debe de impedir que el Ecuador y los Estados Unidos negocien tratados comerciales y lleguen a acuerdos de mutuo intereses económicos o geopolíticos.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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