¿Puede Guayaquil ser un centro internacional de turismo?
Muchas personas, piensan que el puerto principal del Ecuador, no tiene mayores atractivos turísticos; sin embargo, importantes visitantes, nacionales y extranjeros, tienen de la ciudad del Guayas, estupendas impresiones. Ven en ella a una urbe cosmopolita y vibrante de energía. Poseedora de muy antiguas raíces históricas, Guayaquil fue de las primeras ciudades españolas en América; fue forjadora de su propia independencia y el lugar de la memorable reunión entre los dos mas grandes libertadores del sur de nuestro Continente. Situada entre el manglar, el río, y los cerros; la Ciudad nos muestra, embellecida por esa geografía, lo mas representativo del mundo tropical costero.
Guayaquil tiene hermosos edificios centenarios y recientes, una elegante avenida al pie del río, variados museos que muestran su arte y su historia, muchos monumentos en sus extendidos barrios, un moderno puerto marítimo y un notable desarrollo industrial; en fin, atributos que nos hacen augurarle un prometedor futuro. Mas aún, la actual administración municipal está realizando importantes obras viales, está implantado un funcional sistema de limpieza, está reorganizando el caótico desarrollo del pasado y planificando mejores años porvenir. No podemos ocultar aunque quisiéramos, los grandes problemas de la urbe: un ineficiente sistema de transporte, la extrema humildad de muchas viviendas, la falta de parques con grandes áreas para recreación y deporte, la inseguridad en sus barrios, y algunos otros con mas o menos difícil solución. Sin embargo, a pesar de aquello, la Ciudad tiene un potencial turístico innegable.
Esto es más cierto aún, si consideramos no solo a Guayaquil, sino a toda su Región. En ella, podemos mostrar cosas que a los aquí vivimos, nos pueden parecer simples, pero que a los turistas les despierta un gran interés. El funcionamiento de una camaronera, de una plantación de banano y su proceso de empaque, la visita a plantaciones de cacao, y otras actividades productivas de la zona, ofrecen interesantes alternativas de excursiones en los alrededores de la metrópoli guayasence. Completadas estas con almuerzos típicos y con visitas a pueblos como Yaguachi o Nobol, que poseen hermosos templos donde se demuestra la fe y la cultura de nuestros pueblos; estos paseos turísticos complacerían al mas exigente de los viajeros.
Muy cerca a Guayaquil, se encuentran en un franco proceso de desarrollo, los balnearios de Playas y Salinas, y algunos otros; todos con extensas y paradisiacas playas. Son estos, los mayores receptores del turismo nacional. Entre los meses de diciembre y mayo, el clima de la zona tiene poco que envidiar, al que existe en los mejores sitios del Caribe. Durante el invierno austral, no brilla mucho el sol y soplan vientos fríos, pero la Península de Santa Elena tiene otros atractivos. Singulares pueblos de ancestrales pescadores, sitios arqueológicos aún poco explorados, lugares como el Parque Nacional Machalilla donde la fauna y la flora nos ofrecen un indescriptible encanto. El mar nos ofrece la oportunidad de ver el juego de ballenas apareando y una inmensa cancha para prácticas deportivas, además de variadas especies marinas comestibles.
Por el nuevo camino a la capital del Azuay, que sube por los bellos paisajes de las lagunas del Cajas, Guayaquil está a menos de tres horas de esa ciudad colonial ecuatoriana. Cuenca y su propio entorno, en los que se incluyen las ruinas de Inga-Pirca, las ciudades de Biblián y Azogues, los refrescantes valles del Paute y Gualaceo, la gran represa en la Cola de San Pablo, pueblos artesanales como Chordeleg o Sigsig, y muchos otros interesantes lugares; tienen por si solos, un gran potencial turístico. Su cercanía al aeropuerto de Guayaquil, hace que este sea la puerta lógica para desarrollar el turismo en todo el Sur del Ecuador.
Lo mencionado, es suficiente para afirmar que nuestra Ciudad, sí puede, ser un gran Centro Internacional de Turismo. Debemos planificar y ejecutar aquellas acciones necesarias para impulsar este provechoso objetivo.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EXPRESO