Impavidez diplomática
El domingo 30 pasado, al regresar a Guayaquil vía Santiago de un viaje a San Pablo, me entere por medio del matutino chileno La Tercera del sábado 29 que una comisión del Congreso del Perú había aprobado un proyecto del Poder Ejecutivo que pretende cambiar el trazo de sus limites marítimos internacionales. Esta intención peruana pretendería perjudicar los derechos marítimos ecuatorianos en miles de millas cuadradas de mar territorial y de la zona de derechos económicos exclusivos.
Durante el cambio de avión revise la prensa santiaguina del domingo y escuche comentaristas en televisión que fuertemente condenaban la pretensión peruana que rechazaría los límites legítimos establecidos entre Ecuador, Perú y Chile en los tratados del Pacifico Sur de 1952 y 1954 en los que se fija la paralela geográfica como sus fronteras marítimas. Acuerdo internacional al que posteriormente se adhirió Colombia y que tiene plena validez. Por cierto, la Cancillería chilena había presentado las debidas protestas a la del Perú, de modo que pensé que en el Ecuador este tema estaría causando justas, indignadas y públicas reacciones de la nuestra.
Mi sorpresa fue cuando entré al Internet para ver la prensa nacional y no se decía nada. El Ecuador no se había percatado de la osada agresión peruana. Hoy lunes después de regresar a suelo patrio, tampoco encontré nada en los medios de comunicación nacional.
La maniobra peruana acontece porque este país esta pronto a adherirse a la Convención del Mar y quiere presentarse reclamando mas beneficiosos limites marítimos que los que les corresponde por los tratados internacionales vigentes, desconociendo el proyecto del gobierno del Perú los limites establecidos. Esto significa que el Perú reclamaría derechos soberanos y de zona económica exclusiva dentro del Golfo de Guayaquil, pretensión que en el pasado ya la han expresado miembros de la Armada del Perú aunque no de manera oficial.
No solo la Cancillería, el Presidente, el Gabinete en pleno del Ecuador deben de protestar, sino también los medios de comunicación que tantas veces ocupan sus paginas en escándalos sobre asuntos de poca monta y en ocasiones en base a información equivocada. Esto es tema de vital importancia nacional.
Al Congreso nacional le corresponde actuar con agilidad, aunque esto parezca mucho pedir, y de manera urgente adherir al Ecuador a la Convención del Mar aprobada en 1989? y ratificada por la mayoría de las naciones del mundo, presentando los limites marítimos con nuestros dos vecinos del Pacifico las paralelas geográficas establecidas y vigentes desde 1954.
Al hacerlo abandonaríamos esta vergonzosa impavidez diplomática nacional y dreconoceríamos que la tesis de los vecinos sudamericanos del Pacifico se ha hecho realidad con la aceptación de los derechos económicos exclusivos en 188 millas para las naciones ribereñas. Solo una de las grandes potencias aún no se adhiere a la Convención mundial por presión de grandes empresas que creen que solo por poseer tecnología para explotar los fondos marinos tienen derecho a hacerlo sin reconocer a los estados ribereños o a las Naciones Unidas los que les corresponde.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO