Fortalecer la Democracia

Publicada el 25 abril, 2011

Es el título del comunicado de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, que pide reflexión en el referéndum venidero, para que el “voto sea a conciencia y guiado por la razón y la sinceridad”.  Este resalta que cambios beneficiosos exigen procesos participativos de largo alcance con búsqueda del bien común.  Se destaca la responsabilidad histórica que recae en la ciudadanía ya que están en juego fundamentos de la democracia y del estado de derecho, como son: independencia de funciones, sistema judicial ético y profesional, y libertad de expresión, información y empresa.  Este responsable y patriótico mensaje de la cúpula de la iglesia católica, ha sido erróneamente criticado por autoridades que aducen que es una intromisión política, cuando es una obligación moral de toda institución transcendental de una sociedad advertir sobre decisiones que puedan afectar libertades propias del ser humano.

Desafortunadamente esta consulta popular, como ocurrió con otras anteriores, se ha convertido en acto de aprobación o rechazo del gobierno de turno, sin que exista debido análisis y reflexión de las materias consultadas.  Como observamos semanas atrás, el mandatario ha mezclado temas importantes con otros intranscendentes, y lo que es más grave aún, hay preguntas planteadas para consolidar una antidemocrática concentración de poderes y restringir libertades.

Cuando se planteó la consulta, esta tenía el objetivo de impulsar reformas para combatir con eficiencia al auge delincuencial que afecta gravemente al Ecuador, sin embargo, el gobierno presentó principalmente preguntas que siendo populares son irrelevantes al tema, o que atentan contra libertades y autonomías democráticas.  Por eso, antiguos aliados de Alianza País están advirtiendo a los ciudadanos del afán autoritario del Presidente Correa y hacen un llamado por el rechazo total a las preguntas que debemos responder el próximo sábado.  Algunos como el ex asambleísta Fernando Vega, expresan preocupación porque en el país se está anteponiendo el carisma presidencial a la institucionalidad del estado.  Ante las actitudes dictatoriales del Presidente y esa solapada intención en algunas preguntas, si el pueblo las niega, se fortalecería la democracia y el mandatario tendría que controlar su pasión totalitaria.

De ganar el Si, lo que es muy posible gracias a la intensa campaña del Presidente Correa, él, con un poder extraordinario en el nombramiento de jueces, no tendrá ya más excusas para inculpar a gobiernos anteriores, o a la prensa, por la espantosa falta de seguridad que afecta la vida y economía de ecuatorianos honestos y trabajadores.  Tendría que dejar de hacer campaña y ponerse a trabajar, pensando y actuando a cabalidad, porque será difícil combatir con éxito la evidente corrupción que ha enraizado sus tentáculos en los sistemas judicial y policial ecuatorianos.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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