Fin de criminalización
Fernando Henrique Cardoso sostiene, en un artículo reproducido por Vanguardia, que “La guerra contra las drogas es una lucha perdida y 2011 será el momento para abandonar el enfoque punitivo y emprender una nueva serie de políticas que esté basada en la salud pública, los derechos humanos y el sentido común.” El expresidente de Brasil dice que esas fueron las principales conclusiones de la “Iniciativa Latinoamericana sobre Drogas y Democracia” que organizó con sus colegas Zedillo y Gaviria de México y Colombia.
La visión de los exmandatarios invita a cambiar de paradigma, ellos afirman que el comercio ilícito de drogas continuará mientras exista la demanda y que en lugar de aplicar políticas inútiles que no reducen la rentabilidad del comercio de drogas y su poder, se debe orientar esfuerzos para afrontar los daños que estas causan a las personas y reducir su consumo. Según el informe comentado por Cardoso, no se debe tratar a los consumidores como criminales que hay que encarcelar, sino como pacientes que hay que atender.
Cardoso sostiene que países como Portugal y Suiza, que han despenalizado la posesión de drogas para uso personal, son buenos ejemplos del positivo impacto que políticas de prevención, tratamiento y reducción de daños han hecho al reducir el consumo.
El informe recomienda analizar la despenalización de la posesión de marihuana, la droga más ampliamente utilizada, considerando la salud pública y sobre la base de avances médicos. Si bien hay evidencias que indican que los daños que causa su consumo son, por lo menos, igual de graves que los del alcohol o el tabaco, otros son causados por el encarcelamiento indiscriminado de consumidores y la violencia y corrupción asociados con su comercio resultantes de políticas prohibitivas. Dice Fernando Cardoso: “La despenalización del cannabis sería por lo tanto un gran avance hacia la adopción del uso de drogas como un enfoque de salud y no como un problema del sistema de justicia penal.”
Esta despenalización, para ser eficaz, debe ir acompañada de campañas de prevención del consumo. Cardoso dice que la fuerte y sostenida caída del consumo del tabaco se debe, no por habérselo prohibido, sino por campañas basadas en mensajes consistentes con la experiencia de las personas a las cuales se dirigen.
Según el expresidente Cardoso la peor prohibición es la de pensar, y que ahora al fin, se ha levantado el tabú que impedía el debate. “Se están probando enfoques alternativos y hay que analizarlos cuidadosamente”.
Los líderes latinoamericanos deben estudiar las recomendaciones de ILDD, considerar alternativas a la indiscriminada criminalización, que genera corrupción y violencia más graves aún que el daño que se hacen consumidores de ciertas drogas.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO