Esperanzas
Cuando iniciamos un año solemos hacer una revisión del pasado y plantearnos propósitos y esperanzas para el venidero. Es algo conveniente a nivel personal, familiar, institucional y, por qué no, nacional. Ante las circunstancias internacionales, que unos países como Brasil o Perú aprovechan mejor que otros, los ecuatorianos debemos encontrar una unidad nacional que nos permita avanzar, y no retroceder, en los índices de desarrollo humano, social y económico de los pueblos.
Para que podamos albergar esperanzas de progreso, el gobierno nacional tiene que acabar con las agresiones contra quienes opinan diferente. La sanción establecida contra Teleamazonas, basada en un reglamento dictatorial, mientras en la Asamblea se discute una Ley que respete la libertad de expresión, según lo establece la Constitución de Montecristi y Convenios Internacionales firmados por Ecuador, es una malhadada decisión. Es difícil creer que los funcionarios que la dictaron, lo hayan hecho sin la venia o disposición presidencial.
La democracia, por definición, implica constructivos diálogos, a través de los que se llega a objetivos y estrategias comunes para beneficio de los pueblos. El Presidente Correa, por más que haya obtenido implacables triunfos electorales en tres ocasiones seguidas, no puede imponer sus criterios autoritarios por encima de procesos democráticos y la opinión pública. Con tan solo intentarlo, está destruyendo el respaldo político con el que ha podido gobernar casi sin ninguna oposición.
El gobierno, y Ecuador, han tenido la suerte, en los últimos tres años, de gozar de altos precios de petróleo, así como de banano, cacao y otros productos de exportación, aunque por la política gubernamental de confrontación con los sectores productivos, los beneficios de la bonanza de precios de estos, no han sido tan notorios. A pesar de aquello, ha aumentado el desempleo repercutiendo en el crecimiento de la delincuencia e inseguridad ciudadana.
Existen condiciones económicas para que Ecuador progrese aceleradamente, sin embargo, esto no ocurrirá si el Presidente Correa persiste en imponer políticas totalitarias y de confrontación
Al iniciar un año nuevo, deseamos que el Mandatario reflexione sobre los logros y problemas de su gobierno, entienda que muchas opiniones contrarias a sus políticas tienen en mente el progreso de la Patria, la libertad y desarrollo del pueblo, y no un afán contradictorio. Si el gobierno no aprende a respetar los principios democráticos y tolerar opiniones contrarias, pocas esperanzas debemos tener de paz y prosperidad en el año porvenir.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO