Dictadura Constitucional
Analizar el proyecto constitucional no es tarea fácil, peor aún comentarlo en tan pocas líneas. Los asambleístas nos están proponiendo la constitución más larga del mundo porque incluye algunos conceptos que deberían considerarse en algún libro de filosofía indígena y otros que deben ser parte de leyes específicas y no de la carta fundamental de un estado. Aspectos importantes que afectan la moral cristiana y la propiedad privada tienen artículos contradictorios y confusos, no sabemos si a propósito o a causa del apuro con que se terminó de elaborar el proyecto.
Muchos opinan que este le da demasiados poderes al Presidente y que la reelección es inapropiada en una democracia inmadura como la nuestra, ya que un mandatario pudiera hacer campaña desde el poder obteniendo ventaja sobre sus contrincantes políticos. Por otro lado sostienen los partidarios de Correa, que el fortalecimiento del ejecutivo es algo deseable para hacer más efectiva la acción gubernamental y que la Función Electoral se encargará de controlar los excesos y abusos de un Presidente que busque su reelección. El actual gobierno utiliza en forma abusiva todos los medios que le da el poder del estado para sus propósitos políticos, lo que contradice esta última visión.
Lo más grave del proyecto está en el Régimen de Transición, aprobado a última hora y casi sin discusión, y que de aprobarse junto al malhadado proyecto constitucional, le daría al actual Presidente a través de la Comisión Legislativa, el control de una nueva Función de Transparencia y Control Social, de las Funciones Judicial y Electoral. En ese caso se estaría estableciendo en Ecuador una especie de dictadura constitucional de Rafael Correa y el buró de Alianza País.
La experiencia ecuatoriana es que los líderes autoritarios tratan de dominar todos los poderes aún sin tener la potestad constitucional. Debemos recordar que en la Presidencia del Ing. Febres Cordero se intentó controlar la Corte de Justicia, y por su actuación autoritaria, los opositores lo tildaban como “dueño del país”. El Presidente Correa también actúa con prepotencia y pretende imponerse sobre las demás funciones, lo demostró con el manejo autoritario con el que sometió a la Asamblea que supuestamente tenía plenos poderes.
Correa ha podido realizar cambios positivos en el régimen tributario y controlar abusos contra el estado sin necesidad de romper el equilibrio de poderes que es consustancial con el sistema democrático. Si se aprueba el proyecto constitucional con ese régimen de transición, Correa y el buró acentuarán el autoritarismo con que actúan; nos recordaremos de Febres Cordero y su argolla como autócratas principiantes. Los ecuatorianos debemos meditar muy bien antes de votar en el próximo referéndum, necesitamos más democracia y no nuevos dictadores.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO