Creador de prosperidad

Publicada el 5 octubre, 2009 - Diario EL COMERCIO

En nuestro país sabemos valorar y exaltar la memoria de aquellos creadores de belleza, pintores y poetas, pero no apreciamos el merito de aquellos creadores de prosperidad para su familia y los demás.  Hace pocos días falleció en Cuenca, Don Alfredo Peña Calderón, quien fue un extraordinario generador de riqueza, que benefició con su fructífero trabajo al Azuay y a la nación entera, creando empleos que dan bienestar a miles de familias ecuatorianas.

Alfredo fue hijo de una culta y numerosa familia cuencana, quien muy joven emigró a Estados Unidos en busca de progreso.  Participó en la marina de ese país durante la guerra de Corea, gracias a lo cual estudió en la Universidad de California.  Después de trabajar con éxito en la metrópoli americana decidió regresar a su querida tierra natal con sus ahorros para establecer una casa comercial.  En 1962 decidió montar una fábrica de resortes para vehículos, la primera de este tipo en Ecuador.

Luego de años de trabajo incansable, superando los grandes problemas con que este tipo de actividades enfrentan en el país, vio florecer su industria.  Pero Don Alfredo no se durmió en sus laureles, cuando vio que en la construcción se imponía el uso de tubos galvanizados, montó la fabrica Tugalt, logrando la aceptación del mercado nacional.  En una visita que le hice, en los años ochenta, orgulloso me enseñó las instalaciones industriales y sus planes para motar una planta de pisos de cerámica.  Al poco tiempo los productos Graiman estaban en el mercado, en años posteriores vimos el progreso de una industria que produce porcelanatos de alta calidad, incluso para exportación.  Nunca creyó concluida su labor, incursionó en la construcción de vías y centros comerciales, elaboración de productos químicos y de concreto.  Hace un par de años, a pesar de acercarse a los ochenta años, este ilustre cuencano me contó su proyecto para transportar gas del Golfo a Cuenca y abaratar el costo de la energía.

Conozco a muchos que han trabajado para el, todos coinciden en su don de gentes y responsabilidad para los que de el dependían.  En su fecunda vida empresarial, generó prosperidad para el y su familia, pero también para miles de personas, no solo del Azuay sino del país entero, que se han beneficiado con la creatividad, dedicación al trabajo y empeño de este gran hombre.  Las industrias que desarrolló evitaron la importación de millones de dólares en productos, exportan excelentes bienes y causan millones de impuestos para el erario nacional. 

Alfredo Peña Calderón, gran creador de prosperidad nacional, debe ser reconocido por las autoridades de su ciudad y provincia nombrando una plaza o avenida con su nombre.  Es justo reconocer la labor de buenos políticos, artistas, escritores, más aún a buenos empresarios que con sus obras han generado prosperidad para miles de ecuatorianos.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO  

Déjanos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *