Concertación

Publicada el 5 septiembre, 2011

El editorial de la revista Vanguardia 304 es muy acertado, refleja la frustración de muchos ecuatorianos ante la pobreza del informe presidencial del 10 de agosto pasado.  En este nada dijo el mandatario sobre el desempleo, la inseguridad, o la crisis económica que se avecina por la disminución del precio del petróleo.  Más que un mensaje formal a la nación, el discurso presidencial parecía otro de los cansinos enlaces sabatinos con el consabido despotrique contra los medios de comunicación que osan criticarlo o no aceptan la versión oficial de los eventos del 30 S.

Al igual que otros comentarios de las últimas semanas, la revista destaca la similitud entre la negociación de votos en la Asamblea bajo la “plataforma por la gobernabilidad” del gobierno de AP y la realizada por la “partidocracia” en pasados Congresos.  Concuerdo con la apreciación de ese artículo: “El oficialismo se somete a la voracidad de los caciques locales, a cambio de votos, y a la vez somete a los legisladores de provincia a los chantajes políticos de esos caciques.  Que durará hasta cuando haya plata para repartir.  Pésimo negocio para el gobierno, para la democracia, para el Ecuador”.

La realidad es que tenemos un gobernante autoritario que persigue a quienes opinan diferente y controla al poder legislativo con las corruptas prácticas del pasado.  Se atenta contra la separación de poderes, dificulta diálogos constructivos en la Asamblea que generen leyes duraderas y provechosas, e impide la indispensable fiscalización que cualquier gobierno requiere.  Importantes relaciones internacionales están en crisis por dogmatismos retrógrados y escasez de objetividad comercial de la Cancillería: no se negocian necesarios acuerdos con los mayores socios y se apoya dictaduras decadentes y sanguinarias como la de Siria y la derrocada en Libia.

Para fortalecer la democracia es necesario que se unan grupos políticos afines que contrarresten la hegemonía electoral y los afanes totalitarios del Presidente.  Los sectores de izquierda ya lo están haciendo y en los próximos días se conformara la concertación de ciudadanos y movimientos que buscan que en el país se respeten los derechos ciudadanos, la separación de poderes y la libertad de expresión.

Nace este movimiento con el fin de promover la seguridad interna, elemental derecho ciudadano; impulsar inversión nacional y extranjera, que es vital para crear empleo productivo y generar bienestar para los más pobres;  respetar los derechos y libertades individuales y colectivas.  Una concertación que exija acciones políticas para lograr resultados progresistas en lugar de mantener ideologías retardatarias.  Eso es la que Ecuador necesita para acelerar el desarrollo y proveer a sus ciudadanos el nivel de vida que desean y que muchos tienen que buscar en el extranjero.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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