Asalto tributario

Publicada el 23 diciembre, 2007

El Presidente Correa demostró luego de los sucesos en Dayuma que controla totalmente  la Asamblea de poderes omnímodos.  Ahora que podría liderar, aunque inconstitucionalmente, el progreso de Ecuador para que nuestros ciudadanos no sigan buscando mejor futuro en otros países, envía un monstruoso proyecto de aumento desmedido de tributos que si es que es aprobado como ha sido presentado, disminuirá más aún la inversión, la generación de empleos, la economía y el bienestar nacional.

Basta ya de demagogia, lo que se necesita son medidas efectivas para evitar la evasión tributaria pero no crear nuevos y más impuestos a los empresarios que en su mayoría son honestos ciudadanos agobiados con altos costos de energía, falta de capacitación laboral, engorrosos tramites burocráticos, múltiples impuestos nacionales y locales, mercados cambiantes y riesgo de quiebra por falta de visión, astucia, suerte o valentía para superar todas las dificultades.  Ahora Correa y sus asesores proponen adelantar el pago de utilidades, presumiendo que estas siempre existen. ¡Se ve que nunca han creado una empresa!  Conozco a alguien que viene años invirtiendo en una plantación de cacao,  luego de ocho años, esta lleno de deudas que aún no puede amortizar, tiene necesidad de nuevos recursos, continua aprendiendo y mejorando el trabajo y solo ha podido sembrar una parte pequeña de la propiedad.  ¡Ahora deberá prestar para adelantar el pago de un impuesto a utilidades inexistentes y otro a tierras en la que aún no puede invertir o prefiere dejarlas vírgenes por su espíritu ecologista!  Este es un ejemplo de tributos propuestos que ahuyentarían cualquier inversión, otro el descabellado impuesto a la herencia.    

El proyecto de marras pretende centralizar ingresos de gobiernos locales cuando lo que debería hacer la Asamblea es fortalecer la descentralización y crear organismos regionales autónomos.  Es tan incomprensible esta propuesta como son los ataques presidenciales a organismos que funcionan bien en Guayaquil y que han transformado la imagen de la urbe huancavilca.

Este despistado proyecto lo envía Correa mientras el crecimiento del Producto Interno Bruto estará por debajo del crecimiento poblacional ecuatoriano en su primer año de gobierno.  Paradójico el pobre desempeño económico del Ecuador por ser un año en que el precio del petróleo ha tenido los más altos niveles de la historia y en el que los precios del banano, flores, pesca, cacao, oro, arroz y otros bienes que produce nuestro país han sido excelentes.  Esto ocurre, mientras que Colombia y Perú, nuestros vecinos inmediatos crecerán encima del 7% y el promedio de crecimiento regional superará las expectativas.  Estaremos al nivel de Haití y al Presidente no le preocupa porque según él, existe una menor diferencia entre ricos y pobres, y envía un proyecto que estancará más la economía.  ¿Estará encaminándonos a un desastre mayor?  Me temo que muchos otros ecuatorianos seguirán saliendo desesperados a naciones progresistas, los que tienen títulos universitarios con más facilidad pero los más pobres exponiendo sus vidas en el intento.    

¿Por qué ataca instituciones que funcionan bien?  La Junta de Beneficencia de  Guayaquil opera  con eficiencia cuatro hospitales y algunas escuelas, colegios y asilos.  Quizá es por la continuidad administrativa o por el trabajo voluntario y afán de servir de sus miembros, profesionales y ejecutivos jubilados.  Se debe apoyar esa labor y buscar que esa forma de gestión sea imitada en otras ciudades del país.  Igual cosa con fundaciones municipales que han mejorado el estándar de vida guayaquileña, el nuevo malecón, la renovación urbana, el aeropuerto, la terminal terrestre, la metrovía nos hacen sentir orgullosos a los guayaquileños, utilizamos orondos estos sitios en los que hay limpieza, orden, seguridad.  Cuando usted los ataca sin motivo, queremos decirle como le dijo el rey Juan Carlos a su amigo Chávez, ¿Por qué no se calla?

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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