Abusos y tonterías
En los últimos meses han aumentado los abusos y arbitrariedades que comete el gobierno de AP. El uso del sistema judicial para criminalizar la protesta social y opiniones adversas puede tener un objetivo económico, pero se busca principalmente amedrentar a opositores y coartar la libertad de expresión. En el caso de Emilio Palacio y el diario El Universo, se ha denunciado que la sentencia de años de cárcel y millonaria indemnización del juez Paredes no fue realizada en la Corte, sino por el abogado acusador. De comprobarse esto se evidenciaría una cínica manipulación de la justicia por parte del Presidente y su gobierno.
Da la impresión que el mandatario y sus asesores están obnubilados por el poder y las encuestas de popularidad. Eso explicaría que en pleno siglo XXI se apliquen prácticas dictatoriales de antaño que buscan silenciar a la prensa libre y acabar con la oposición.
Asombra la propuesta de levantar la inmunidad parlamentaria a un asambleísta mientras la Asamblea, supuestamente el principal poder del estado, es incapaz de fiscalizar al ejecutivo. Muchos juristas han manifestado que los nuevos tributos no pueden imponerse sin una ley sancionada por la Asamblea, y obviamente, que ninguna ley puede aplicarse retroactivamente; sin embargo, hay autoridades que anuncian esas arbitrariedades. Hay otras acciones de gobierno que son solemnes tonterías, unas que pueden causar grandes daños al país, como el burdo sometimiento a políticas del ALBA, y otras hilaridad, como la intención de registrar 30S y “prohibido olvidar” como marcas en el IEPI.
La falta de negociación y firma de convenios de comercio con las naciones o regiones que más nos compran, mientras lo han hecho Colombia y Perú, es imperdonable y tendrá graves consecuencias económicas en el mediano plazo; el apoyo de Ecuador a sanguinarias dictaduras, como la de Gadafi en Libia o la de Assad en Siria, nos avergüenza como nación respetuosa de los derechos humanos y amante de la democracia.
La reciente pretensión de patentar expresiones idiomáticas no creo que provocará grave daño, porque en caso de aceptarse, es dudoso que pueda aplicarse. Más vale, ese absurdo pedido es causa de burla y parodia popular. Sorprende la osadía intelectual, pues la sentencia sobre el olvido es parte de una canción del cantautor panameño Rubén Blades y ha sido usada muchas veces en el pasado; y la abreviatura 30 S fue utilizado primero por twiteros y la prensa, aún antes que en el gobierno entendieran, si alguna vez lo hicieron, que mismo había pasado ese día. Yo lo use en esta columna el 1 de noviembre, a pocos días del evento.
Apena que en el gobierno tenga tiempo para pensar tonterías mientras el país sufre problemas de inseguridad y desempleo.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO