Revolución burocrática

Publicada el 2 marzo, 2009

Luego de dos años de iniciada la llamada revolución ciudadana, sería de esperar que se hubieren producido cambios en los sistemas  burocráticos y actitud de funcionarios públicos, para facilitar la formación de pequeñas y medianas empresas que generen empleo productivo.  ¡Eso no ha sucedido!

Con mis hijos decidimos hace dieciocho meses instalar una pequeña planta de chocolate, en una finca de cacao que tenemos en el camino de Guayaquil a Santa Elena y agregar valor a la tradicional “pepa de oro”.  En nueve meses diseñamos las instalaciones, conseguimos recursos, se realizó la construcción, fabricación y montaje de equipos, mientras tanto, nos preparábamos tomando cursos sobre la producción y los mercados nacional e internacional de esta saludable golosina.

Desde julio del año pasado cuando terminamos la obra, se inició el proceso para obtener el permiso de funcionamiento, previo a la obtención del registro sanitario.  El encargado del trámite fué a la Dirección Provincial de Salud, donde un inspector le dio los requisitos que se presentaron a fines de ese mes.  A mediados de agosto, al ver que el funcionario le daba largas, averiguó que el trámite se debía realizar ante la Dirección de Proceso y Vigilancia Sanitaria y le tomó dos semanas para que le devuelvan la carpeta y reiniciar el proceso.  En esa otra dependencia, el inspector asignado se demoraba inexplicablemente, hasta que luego de cuarenta días ofreció agilitar el proceso a cambio de dinero.  Como esto me parecía más chantaje que pago de favor, se le pidió que siga el trámite normal y me apersoné llamando a funcionarios de esa dirección.  Con esa palanca las cosas comenzaron a moverse, pero llego fin de año y solo habíamos obtenido el Certificado de Categoría.  En enero se logró que se realice la inspección y  se apruebe el Control Sanitario.  Luego de realizados los pagos, nos informaron que aún no emiten Permisos de Funcionamiento del 2009 y hay que esperar hasta marzo.  Recién entonces podremos iniciar el proceso para obtener el Registro Sanitario en el Instituto de Higiene.  Más de nueve meses tras los permisos y aún no hemos terminado, más tiempo que el transcurrido entre la decisión de inversión y terminación de la obra.

Con pena me refiero a esta decepcionante experiencia personal, para ilustrar el vía crusis que tienen que pasar ecuatorianos y extranjeros, los pocos que aún invierten, generan empleo y aumentan la riqueza nacional.  La crisis mundial va a provocar que algunos de nuestros inmigrantes en Europa y EE.UU. regresen y quieran crear empresas.  Es necesaria realizar una profunda transformación de engorrosos sistemas burocráticos, trabas que generan corrupción y la indolente actitud de funcionarios, que debiendo estar al servicio de la ciudadanía, causan frustraciones y decepciones que ahuyentan a futuros inversionistas.

Dr. Benjamín Rosales Valenzuela

Publicado en: Diario EL COMERCIO

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