¿Ingenuidad o Cinismo?
No nos dejan de sorprender las actitudes del Presidente Correa en lo que respecta al ataque contra el campamento guerrillero en Angostura y las relaciones con Colombia. Luego de las declaraciones del ex subsecretario José Chauvin confirmando sus reuniones con el Comandante Reyes, el Presidente declaró que habría sido “traición a la Patria” si estas se hubieran dado en territorio ecuatoriano. ¿Estando el campamento abatido en Ecuador, donde Rafael Reyes recibía incluso a visitantes a Congresos Bolivarianos en Quito, cabe que se hubiera trasladado al otro lado de la frontera para reunirse con Chauvin? La actitud presidencial nos hace suponer que no estaba al tanto de la intensidad de la relaciones de miembros de su gobierno, “camaradas Juan y Nacho”, con el comandante guerrillero colombiano.
Sin embargo, una semana después el Presidente declara que no tendría nada de malo que Chauvin mantuviera amistad con Reyes, le pide disculpas por el mal trato policial y el gobierno impone sigilo en las investigaciones llevadas por el fiscal Solórzano. ¿Qué sucedió en esos días que cambiaron la posición presidencial? Ciertamente esos cambios nos confunden. ¿Que razones hay para que Gustavo Larrea siga teniendo gran influencia en el gobierno, aún luego de las recientes revelaciones que confirman su amistad con Reyes?
Las declaraciones de Chauvin coinciden y validan los archivos de las computadoras de las FARC encontradas por el ejercito colombiano en Angostura y otros campamentos guerrilleros. Estas explicarían, aunque no justifican el ataque en territorio ecuatoriano, por que el gobierno colombiano no confiaba en el ecuatoriano para advertirle la presencia de Reyes en nuestro territorio.
Todavía hay más preguntas que respuestas sobre el establecimiento en territorio ecuatoriano del campamento de Angostura. Esperamos que estas se diluciden con las investigaciones que se realizan en este nuevo caso de narcoguerrilla en el que aparece involucrado el ex funcionario Chauvin.
Mientras tanto, siguen rotas las relaciones con Colombia. La resolución del gobierno de ese país de establecer un frente militar en la frontera ecuatoriana para evitar que los insurgentes crucen con facilidad al Ecuador, va en la dirección de las aspiraciones nacionales. Esta decisión debería de provocar una reacción del gobierno de Correa que nos lleve al restablecimiento de relaciones diplomáticas.
En las actuales circunstancias de crisis económica internacional, por un lado, y de un posible desenlace del problema guerrillero colombiano, por otro; es indispensable que las dos naciones tradicionalmente cercanas, coordinen políticas para disminuir los efectos de la circunstancia mundial y evitar que Ecuador se convierta en refugio de guerrilleros del vecino país.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO