Distritos o provincias
Es sorprendente la actitud del Presidente Correa de impulsar precipitadamente la erección de una nueva provincia en el país mientras al mismo tiempo está comprometido con la convocatoria a una Asamblea Nacional en la que, entre otras cosas, se deberá mejorar la representatividad ciudadana en el Congreso, Consejos Provinciales y Concejos Cantonales con la creación de distritos electorales.
Una de los motivos que tienen pobladores de la península de Santa Elena, Santo Domingo, Milagro, el norte de Manabí, Cayambe y otras regiones del país para querer la creación de nuevas provincias es la mala representatividad de su población bajo el actual sistema de elecciones en planchas. Las regiones de Santa Elena y Santo Domingo, por ejemplo, tienen cerca de doscientos cincuenta mil habitantes cada una pero no eligen a ningún miembro del Congreso; mientras que las seis provincias orientales, que juntas apenas llegan a la población de uno de estos territorios de Guayas y Pichincha, tienen doce congresistas. Esta pésima representatividad ocurre igual con los consejeros, rara vez esas regiones tienen consejeros en los organismos provinciales.
Si esto tiene que resolverse en la Asamblea, ¿cuál es el afán presidencial en impulsar ahora la provincialización de Santa Elena? ¿Cuál es el motivo para que el Presidente ofenda a las fuerzas vivas de una Provincia por exponer su posición? ¿Por qué no actuar con respeto realizando diálogos constructivos? El Presidente Correa sigue en una interminable campaña demagógica con la que cree que podrá captar o mantener los espacios políticos que obtuvo en la segunda vuelta electoral. ¡Cuidado se equivoca! Parece creer que el electorado prefiere el estilo camorrista de Febres Cordero y Bucaram cuando el pueblo ya se ha cansado de esos líderes.
Hay motivos valederos para que los ecuatorianos deseemos cambios constitucionales, democratización de los partidos políticos, descentralización administrativa regional, despolitización de las cortes y organismos de control, creación de mecanismos efectivos de lucha contra la corrupción, mejorar el funcionamiento del sistema legislativo, reimplantar un sistema nacional de planificación, establecer métodos eficaces de lucha contra la pobreza y un sistema distrital que mejore la representatividad ciudadana. Muchos de estos cambios son necesarios hace años y los actuales partidos políticos, en su mayoría autárquicos, no han querido hacerlos porque vulneran el poder de sus omnímodos líderes.
Por eso es necesaria una Asamblea Nacional pero Rafael Correa con su actitud pendenciera puede poner en riesgo la realización de la misma. Su triunfalismo le hizo perder la primera vuelta, ¡cuidado se pierde la consulta y con ello la posibilidad de fortalecer la democracia a través de la Asamblea!
Presidente, póngase a gobernar y deje de buscar confrontaciones estériles. Los ciudadanos estamos cansados de éstas luego de décadas de enfrentamientos entre políticos que se han creído dueños del país y ya no queremos más de lo mismo. Deje que la Asamblea decida si se crean distritos electorales, o seis o siete provincias nuevas para equilibrar la representatividad ciudadana, y a su vez se divide el país en cuatro o cinco regiones autonómicas con posibilidades de impulsar su desarrollo regional.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO