Vientos de Paz
El Coronel Chávez habla de “vientos de guerra” en Suramérica a pesar que el sentimiento de nuestros pueblos es totalmente alejado de esas catástrofes, y más bien aspiran a que los estados profundicen buenas y fructíferas relaciones. Para algunos es difícil entender como es que los europeos han podido avanzar tanto en su proceso unificador, mientras los suramericanos, sin embargo de tener más similitudes entre nosotros, estamos estancados. En el mundo actual, donde grandes bloques regionales ayudan a consolidar el desarrollo y fortalecer los intereses de sus socios, la integración, especialmente para países pequeños, es fundamental. Un objetivo de la reciente formación de UNASUR, fue precisamente, superar los inconvenientes políticos suscitados en las subregiones, CAN y MERCOSUR, que han impedido un rápido avance de este proceso.
Por eso, tiene trascendencia la próxima reunión que en pocos días tendrá esta novel institución en Bariloche y en la que Colombia explicara el alcance de los convenios de colaboración militar que esta negociando con los Estados Unidos. Al mandatario ecuatoriano le toca presidir la importante cita, con la delicada circunstancia de que desde el ataque militar en Angostura hace más de un año, las relaciones entre los países y sus presidentes están rotas. Esto obliga a que Rafael Correa actúe con el mayor respeto, prudencia y tolerancia para asegurar positivos resultados.
El reiterado “perdón” expresado hace pocos días por Álvaro Uribe ha sido un buen preámbulo para el ineludible encuentro de los mandatarios, y la positiva respuesta del Presidente Correa permite vislumbrar una pronta normalización de las tradicionales buenas relaciones entre Ecuador y Colombia. La única condición para el restablecimiento diplomático debe ser el compromiso de respetar las soberanías. Ni Colombia puede incursionar en nuestro territorio ni Ecuador debe interferir en como Colombia enfrenta sus problemas de terrorismo y narcotráfico.
Rafael Correa debe tener presente las aspiraciones de paz y progreso, que son una constante en el pueblo ecuatoriano, y no escuchar los delirios guerreristas del caudillo venezolano; de manera que aproveche la oportunidad que se da, en la reunión de Bariloche, para restablecer un dialogo constructivo con Álvaro Uribe. Demasiado se han perjudicado agricultores, industriales y comerciantes de los dos países, especialmente de los pueblos fronterizos, con la prolongada ruptura de relaciones. Ni que decir del incremento de inseguridad ciudadana, que en parte se debe, por falta de coordinación entre las autoridades policiales y militares de ambos estados.
Esperamos que soplen vientos de paz en UNASUR, que los gobernantes pongan primero las aspiraciones de sus pueblos y dejen a un lado sus condicionamientos personales e ideológicos.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO