Soplar y hacer botellas
Más allá de que las reformas a la ley tributaria hayan sido realizadas al margen de la actual constitución, es decir inconstitucionalmente, debemos reconocer que estas tienen elementos, que aunque pueden producir abusos, tienen el objetivo de cambiar la cultura de evasión que afecta al cobro de impuestos en el Ecuador. Sin embargo la ley esta hecha con la visión equivocada de que toda empresa gana dinero, y que lo hace desde el inicio de sus operaciones. Seguramente los que la elaboraron y aprobaron nunca han creado una empresa que genere empleo productivo y riqueza, y creen que todo es cuestión de soplar y hacer botellas, como dice el conocido aunque injusto dicho, porque fabricar botellas tampoco ha de ser tan fácil.
Es verdad es que debe haber negocios comerciales o de servicios en los que se puede tener éxito rápidamente, pero aún para emprender aquellos es necesario tomar decisiones acertadas de ubicación, mercadeo, entre otras, deben vencerse dificultades burocráticas y de inseguridad, conseguir créditos y en fin trabajar con mucha constancia para lograrlo. Las empresas agrícolas e industriales suelen ser más complicadas, hay que aplicar tecnologías adecuadas, luchar contra dificultades climáticas en unos casos y solventar altos costos energéticos, además estos negocios requieren alta inversión de capital no recuperable en el corto plazo y difícil de obtener. Para emprender negocios exitosos hay que tener la idea correcta, hacerlo en el momento, forma y lugar adecuados, aprender técnicas y entrenar al personal, conseguir el capital requerido a costo razonable, vencer dificultades y trabas gubernamentales, y sobretodo tener paciencia, constancia y mucha fe en lo que se quiere hacer.
Emprender negocios implica riesgos de fracasos, Kenneth Aubert refiere en su libro “Como iniciar su propio negocio” que en los Estados Unidos el 80% de negocios pequeños fracasan dentro de los primeros cinco años. En Ecuador tener éxito debe ser aún más difícil por las dificultades de crédito y trabas burocráticas que existen.
Esta actitud de asumir que todos los empresarios evaden, presumir utilidades que aún no existen y cobrar anticipos sobre ellas, que se dan en la nueva ley y que tienen sus inspiradores es muy peligrosa para el futuro de la nación. El país necesita de buenos emprendedores que generen empleo y riqueza para la mayoría de ecuatorianos. Si en reglamentos no se corrigen los excesos de la ley de marras, y no cambia la actitud agresiva del gobierno contra los envidiados, sacrificados y necesarios emprendedores, muchos de estos, comenzando por los más jóvenes, engrosaran las filas de los emigrantes. Irán a hacer empresa en otros países como Estados Unidos, España o Italia. Muchos ya están afuera generando trabajo y riqueza junto a cientos de miles que han emigrado para buscar empleo. Los perversos efectos de esta actitud pueden ser más graves que los que tuvimos en la década perdida, podemos perder una generación de ecuatorianos que emigran en busca del progreso al que nuestros líderes no nos han podido llevar.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO