Reformas constitucionales
La semana pasada asistí en Guayaquil a un Foro convocado por el Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso Nacional para conocer los planteamientos que están elaborando sendos grupos de trabajo organizados por la mentada Comisión y la Corporación Latinoamericana de Desarrollo para proponer reformas constitucionales al país. Debo resaltar, en primer lugar la atinada acción de los miembros del Congreso que han resuelto unirse con instituciones no oficiales para, con participación ciudadana, elaborar propuestas para tan importante tema. Ciertamente, La Constitución de una Nación es un documento que debe evolucionar con el tiempo a medida que las circunstancias y el pensamiento nacional e internacional cambia. En el caso ecuatoriano, el pasado mes nos acostumbró a rupturas violentas de las constituciones vigentes para desembocar en otras nuevas. Ahora, luego de la última Asamblea que cambiara disposiciones de la Constitución de 1978, el sistema parece ser mucho más racional, debiendo ser el propio Congreso con la Comisión los que deben realizar los cambios que el país requiere.
La presentación de los grupos de trabajo denota la dedicada labor que vienen realizando. Me pareció que la propuesta más organizada, avanzada y bien orientada es la que se ocupa del tema de Militares y Seguridad y que plantea cambios que integren a la Fuerza Pública con la Sociedad Civil, dejando atrás separaciones odiosas y superando conceptos caducos de Seguridad Nacional, implantados por las dictaduras militares latinoamericanas cuatro décadas atrás. Estos cambios ya se vienen dando en las constituciones de algunas naciones hermanas y vecinas a la ecuatoriana.
Algunos inteligentes políticos y juristas presentes en el Foro expresaron su opinión, muy justificada, de que de nada vale realizar nuevas reformas constitucionales si el Congreso Nacional no ha logrado aún el desarrollo legislativo que permita hacer realidad los enunciados constitucionales que supuestamente nos rigen. La inseguridad jurídica, que es considerada como una de las principales razones que impiden la generación de empleo y el desarrollo de nuestro país, se genera por superposición de leyes, falta de codificación, textos caducos y desactualizados de la realidad, además de la denigrante corrupción que campea en las cortes nacionales. El mensaje quedó claro y esperamos llegue a los congresistas: es necesario que se pongan a trabajar en la elaboración y reforma de algunas importantes leyes.
Deben contar también para eso con la colaboración de organizaciones no gubernamentales especializadas y de ciudadanos interesados en el tema.
A Participación Ciudadana, corporación que por circunstancias especiales me ha tocado presidir temporalmente, le interesan especialmente las reformas constitucionales que tienen que ver con las elecciones y el fortalecimiento democrático. Por un lado es necesario cambiar la actual conformación del Tribunal Supremo Electoral y los Tribunales Electorales Provinciales para garantizar la independencia y autonomía de sus decisiones y por otro, para mejorar la gobernabilidad en el Ecuador sería preferible que las elecciones de diputados se realizaran en la segunda vuelta electoral. Ciertamente hay importantes reformas pendientes en la Constitución Ecuatoriana.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO