¿Por qué marcho?
En los últimos meses la situación política ecuatoriana se ha deteriorado de manera preocupante. La nueva mayoría del Congreso Nacional, alineada al gobierno, ha violado la Constitución del Ecuador y los deseos expresados por los ecuatorianos en la Consulta Popular de 1997, en la que se dispuso que la Corte Suprema de Justicia debía ser renovada por el sistema de cooptación; también ha actuado ilegalmente en destituciones y nombramientos de funcionarios del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo Electoral. Por su parte, el gobierno está dando muestras de intolerancia a la oposición, a los medios de comunicación y a la opinión pública en general. Últimamente ha abierto un enfrentamiento insensato con las autoridades de Guayaquil y el proceso de descentralización, tan necesario para el desarrollo socioeconómico de todas las regiones de nuestro país. El gobierno y sus aliados políticos trataron de impedir la marcha cívica convocada por la ciudad, sin respetar su derecho de libertad de expresión, y están promoviendo una peligrosa contramarcha para amedrentar a los ciudadanos que quieren participar.
¡Por eso marcho! Marcho porque se respete el derecho a marchar. Porque la descentralización sea una realidad que se vaya forjando día a día a través del esfuerzo de las administraciones seccionales, sin que el gobierno central la obstaculice y que por el contrario, la impulse. Marcho porque las grandes ciudades del Ecuador, como Quito, Guayaquil, Cuenca y el conjunto Portoviejo y Manta, puedan tener policías metropolitanas autónomas, que garanticen el respeto de las ordenanzas y la seguridad de los ciudadanos de su circunscripción y que éstas sean apoyadas y colaboren con la Policía Nacional, como sucede en otros países.
Marcho porque el Congreso Nacional respete la Constitución de la República. Porque la Corte Suprema de Justicia esté integrada por personas con reconocida capacidad, honestidad e independencia de intereses políticos y económicos. Porque el Gobierno Nacional trabaje en función de los intereses del pueblo y no de mezquinas minorías con poder.
Debemos marchar por la descentralización, por el respeto a la constitución, porque la justicia sea administrada por jueces que garanticen seguridad jurídica a ecuatorianos y extranjeros que trabajan por el desarrollo del Ecuador. Debemos protestar con indignación, por la burda farsa en el reciente nombramiento de miembros de la Corte Suprema de Justicia. Tenemos que reclamar la inmediata restitución de un sistema judicial independiente de las otras funciones. Debemos manifestarnos con fuerza, para que “nuestro mejor aliado” y el mundo entero se enteren del atropello a la democracia que está sufriendo el Ecuador.
Marcharemos el miércoles 26 en Guayaquil y reclamaremos en Quito y en cualquier ciudad de nuestro país, para rechazar la violación de la Constitución y defender los derechos ciudadanos.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO