¡Paz para los hijos de Israel!
Los que nacimos poco después de la terrible tragedia del holocausto judío durante la segunda guerra mundial nos hemos complacido con el éxito del movimiento sionista, la fundación de Israel, su vertiginoso desarrollo e incluso con las victorias militares de sus primeras guerras cuando aún estaba en juego la sobrevivencia del estado judío.
Algunos hemos tenido el convencimiento de que llegaría el día en que las naciones árabes vecinas reconocerían al nuevo estado y vivirían en buena vecindad. Este proceso comenzó cuando Israel firmó la paz, primero con Egipto y luego con Jordania. Las conversaciones en Oslo entre Arafat y Rabin iniciaron el camino a la paz entre palestinos e israelitas. Pero con el asesinato de Isaac Rabin por un extremista judío, el proceso se afectó severamente al surgir líderes como Netanyahu y Sharon que creen que la paz nace con la violencia y el ultraje al pueblo palestino. La mediación de Bill Clinton entre Arafat y Barak los llevó muy cerca de lograr el reconocimiento mutuo entre los estados y la paz para sus pueblos. Provocaciones de fanáticos judíos, lideradas entonces por el actual Primer Ministro, dieron inicio a otra Intifada Palestina que se alimenta de reacciones abusivas del gobierno de Israel y que ha llevado a jóvenes palestinos a inmolaciones terroristas desesperadas contra civiles inocentes.
En las últimas semanas Arabia Saudita ha propuesto que todas las naciones árabes reconozcan a Israel cuando esta nación desocupe las tierras ocupadas ilegalmente y acepte al estado palestino en las tierras de Gaza y Cisjordania. Esta propuesta, que le daría paz y seguridad a Israel, tuvo una positiva acogida de la Liga Árabe, mientras Israel ha contestado con una nueva violenta ofensiva militar. En ésta se está demostrando que la violencia no se para con violencia. Los palestinos quieren su Estado soberano y para ello están usando el terrorismo como lo usaron los patriotas israelitas. Sin embargo, la mayoría de los israelitas parece no entender esto, apoyan las acciones de su gobierno y algunos claman por más extremismo. ¿Qué puede nublar tanto el sentido de sensatez y de justicia de los israelitas? ¿Será que sus políticos y medios de comunicación dicen verdades a medias? ¿O es que el inmenso apoyo que les da el Poder hegemónico mundial los hace sentirse omnipotentes?
Los Estados Unidos, su presidente y el poder político judío en ese país juegan un papel preponderante en la solución del conflicto por la inmensa influencia que ejercen sobre Israel. El terrorismo de Estado debe acabar para terminar con el terrorismo inmolatorio. Israel debe aprovechar la oferta de reconciliación hecha por el príncipe saudita. Ya no está en juego la sobrevivencia de Israel sino la paz y seguridad del mundo occidental. Si continúa el avasallamiento del pueblo palestino aumentará el número de fundamentalistas musulmanes que vean esto como un ataque de naciones judeocristianas contra su existencia, que estén dispuestos a martirizarse por la sobrevivencia de su fe.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO