Liberados… y Deportados
La muerte del preso político Orlando Zapata en febrero pasado, luego de meses de huelga de hambre, hizo que el mundo recordara la existencia de decenas de opositores a la dictadura castrista encarcelados por el régimen en la isla caribeña. Cuando parecía que Guillermo Fariñas, quien llevaba 135 días de ayuno, iba a tener la misma suerte, el gobierno de Raúl Castro persuadido por la iglesia católica decidió liberar a 52 de los 75 prisioneros de conciencia detenidos en el 2003, antes del próximo mes de octubre.
Han salido de la cárcel los primeros nueve cubanos, sin embargo, ellos han sido inmediatamente deportados a España. Al parecer, a los hermanos Castro y sus recalcitrantes aduladores les incomoda que permanezcan en la isla ciudadanos que expresan públicamente sus opiniones. Por haber ido forzadamente, ellos no se consideran emigrantes sino refugiados, lo que les puede dificultar el retorno a su patria mientras siga en el poder un gobierno que no acepta opiniones discordantes.
Al llegar a Madrid han hecho declaraciones sobre las terribles condiciones bajo las que han estado privados de libertad por más de siete años, y manifestado su preocupación sobre los presos políticos que no desean salir de Cuba al salir de prisión. En las próximas semanas sabremos si el gobierno opresor permite su liberación.
Me ha impresionado la entereza y lucidez del periodista Fariñas, quien a pesar del calamitoso estado físico en que se encuentra, luego de ser alimentado artificialmente por varios meses, hizo un llamado a los gobiernos latinoamericanos para que impulsen un proceso de democratización en la isla. Esperamos ver cuales son las reacciones de presidentes como el de Brasil, que tiene influencia regional, y del Ecuador, ahora que pesa su condición como Presidente pro-tempore de la UNASUR. No es aceptable que en pleno siglo XXI, un país americano mantenga una inhumana opresión de su pueblo.
Ha dicho también el valiente y decidido patriota, cuya cruzada e incluso aspecto físico se parece al del celebre Gandhi, que lo que esta pasando en Cuba servirá para que muchos otros ciudadanos pierdan el miedo al régimen de terror implantado hace cincuenta años y se produzca el esperado proceso de cambio.
Ha coincidido el inicio de la liberación de los presos con la muerte en Miami de la fabulosa Olga Guillot, lo que me ha hecho recordar cuando ella se presentaba en Ecuador décadas atrás, emocionada se refería a su obligado exilio de la querida Cuba, a la que añoraba tanto volver, ella cantaba con pasión: Cuando salí de Cuba dejé mi amor, dejé mi vida, mi corazón…No pudo Olga volver en vida a su recordada patria, esperamos que sus cenizas puedan regresar pronto, como ella tanto quería, a una Cuba libre.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO