Las Lecciones de Santo Domingo
El pasado 7 de marzo vimos por TV desde la capital de la República Dominicana a los Presidentes latinoamericanos en la XX reunión del Grupo de Río. Los temas para lo que fueron convocados fueron dejados a un lado para que se aclaren y resuelvan las diferencias producidas entre Colombia y Ecuador luego de la incursión de fuerzas armadas colombianas en territorio ecuatoriano para abatir al Comandante Reyes de las FARC, camaradas guerrilleros y visitantes que descansaban sin sospecha alguna.
Algunas lecciones debemos aprender de la jornada diplomática del viernes 7. El Presidente Uribe demostró que tan comprometido está con la lucha contra la insurgencia, que prefirió pedir disculpas antes que pedir permiso al Ecuador para su incursión militar, argumentando que desconfiaba de autoridades ecuatorianas por sus conexiones con guerrilleros de su país. Grave sospecha, que con documentos capturados en el audaz asalto, se convirtió en terrible acusación contra los gobiernos ecuatoriano y venezolano. Sin embargo de las duras expresiones vertidas por el mandatario colombiano, lo hizo de una forma que reafirma el refrán: “lo cortés no quita lo valiente”.
El Presidente Chávez sorprendió por su flexibilidad. Puesto ante delicadas evidencias, cambio su discurso agresivo e insultador por un lenguaje conciliador y pacifista, casi piadoso y poético, para bajar el tono de la reunión y permitir el feliz desenlace. Don Leonel Fernández, líder del país anfitrión, aprovechó bien el momento de distensión para pedir un abrazo entre estos mandatarios de países hermanos enfrentados por la acción arbitraria, agraviosos insultos y acusaciones documentadas. Uribe nuevamente demostró su gallardía tomando la iniciativa y estrechar la mano del Presidente Correa, abrazarse con Chávez y hasta bromear con el Presidente Ortega de Nicaragua, que había aprovechado la coyuntura para revivir sus quejas marítimas con Colombia.
El Presidente Correa también tuvo sus logros, aunque para muchos la rotura de relaciones y los insultos lanzados los días precedentes habían ido demasiado lejos innecesariamente, su acida y tajante actitud hizo que Uribe se comprometiera a respetar nuestra soberanía en el futuro. Algunos creen que la inexperiencia del mandatario ecuatoriano permitió que sea utilizado por el Presidente Chávez, quien lo habría impulsado a lanzar sus agresivos denuestos, para luego él abrirse elegantemente como pacifista comprometido.
El efecto de la reunión de Presidentes en Santo Domingo nos hace ver lo provechosos que pueden ser estos encuentros latinoamericanos. Aunque son frecuentemente criticados por su falta de efectividad, ciertamente permiten establecer relaciones entre los mandatarios que facilitan la directa y efectiva solución de controversias. Vendrá la comisión de la OEA, y luego la reunión de cancilleres para analizar las evidencias inspeccionadas por la comisión, pero estás solo servirán para el consumo interno de nuestros estados con las explicaciones que deberán dar nuestros gobiernos. La crisis ínter bolivariana quedo resuelta.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO