Emprendimientos
La semana pasada el gobierno ha dado a conocer cifras de desempleo que corroboran la palpable realidad de un incremento de ecuatorianos que buscan empleo sin lograrlo. Esto sucede a pesar que en los últimos tres años el gobierno de Ecuador ha experimentado los mayores ingresos de su historia, gracias al elevado precio del petróleo e incrementos en la recaudación fiscal, lo que ha posibilitado que haya emprendido una inmensa obra pública en viviendas, carreteras, escuelas y proyectos hidroeléctricos, que junto a aumentos burocráticos, debieron haber provocado una disminución de la desocupación.
¿Como explicar este contrasentido? Pues durante este tiempo, que debió ser de bonanza, el gobierno y la asamblea han descalificado generalizadamente a los empresarios privados, aumentado impuestos y regulaciones, encarecido y dificultado la contratación laboral, entorpecido el fortalecimiento de mercados tradicionales, anunciado confiscaciones y nuevas imposiciones, en fin, han creado un ambiente que desmotiva cualquier nuevo emprendimiento privado excepto para los contratistas que, a través de declaratorias de emergencias, logran contratos con el estado.
El efecto de aumento de desempleo se siente más en las regiones del país que dependen menos de puestos públicos, por eso en Quito no ha sido notorio este problema que en la costa puede llegar a niveles dramáticos. Proyectos de construcción, de nuevos cultivos agrícolas permanentes, agroindustriales, turísticos y comerciales, que generarían aumento de producción y puestos de trabajo, han sido suspendidos. Ecuatorianos y extranjeros han diferido sus planes de inversión o los han dirigido hacia países vecinos donde existen actitudes y políticas favorables para el desarrollo de empresas privadas.
El resultado de la política gubernamental contra los empresarios era predecible y no debe haberle causado sorpresa al mandatario, quien ha expresado su deseo que estos abandonen el país como lo hicieron los empresarios cubanos cuando se instaló la dictadura castrista en la isla caribeña hace cincuenta años.
¿Podrá el gobierno crear suficientes puestos de trabajo para compensar los que el sector privado, con las políticas expuestas, no podrá hacerlo? De no ser así, el mayor desempleo aumentará la delincuencia e inseguridad, afectándose aún más las perspectivas de nuevas inversiones, desarrollo turístico, industrial o comercial, en fin, de disminución de pobreza en el país.
Si el gobierno y la asamblea no revisan políticas y actitudes que dificultan emprendimientos, Ecuador caerá en un peligroso círculo vicioso que nos empobrecerá sin remedio. Los inmensos ingresos petroleros no serán suficientes para repartir entre contratistas estatales y miles de nuevos desempleados y el daño causado por el “socialismo del siglo XXI” tendrá dimensiones catastróficas.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO