Demagogia y Economía
Hay muchos factores que determinan el ritmo de desarrollo de las naciones que se lo mide con el crecimiento del Producto Interno Bruto. La disponibilidad de recursos naturales, la preparación del factor humano, la acumulación de capital, el entorno externo y la confianza en el futuro determinan el desarrollo económico de los países. Desde hace una década el mundo en general esta creciendo a un ritmo acelerado gracias a las economías de China e India. La producción y demanda que generan estas inmensas naciones tienen un efecto multiplicador en el resto del mundo. El aumento de precios de hidrocarburos, minerales y productos agrícolas en el último lustro se debe en gran parte al inusitado crecimiento de los gigantes asiáticos. Estas condiciones internacionales favorables están siendo aprovechadas por naciones con recursos como Brasil, Rusia, Chile, Perú y otras que también crecen a un acelerado ritmo.
La economía política no es una ciencia exacta sino social y al contrario que en matemáticas o física en las que los resultados de una acción son predecibles, la economía tiene tantos factores que afectan los resultados que estos no se pueden prever con certeza. El Ecuador que tiene vastos recursos hidrocarburiferos y minerales, tierras con potencial agrícola, personas capaces que cuando emigran encuentran trabajo con facilidad, capitales nacionales y extranjeros ávidos de oportunidades, no esta aprovechando las favorables condiciones de la economía mundial.
El ritmo de crecimiento del producto interno bruto ha disminuido notoriamente y será este año el peor de América del Sur, el aumento de depósitos bancarios ha bajado de 8% a 2% en el último semestre y los intereses bancarios han subido. Son peligrosos síntomas de que la recuperación económica que venía sucediendo en Ecuador en los últimos semestres esta frenándose. ¿Cómo puede suceder esto con ese entorno mundial y altos precios de petróleo que enriquecen al estado ecuatoriano?
Una de las causas debe ser la política de confrontación del Presidente Correa, según Walter Spurrier “la disputa sobre la ley de control de los costos financieros habría tenido un impacto considerable en la desaceleración del crecimiento de los depósitos bancarios”. Los discursos populistas y la campaña perpetua del mandatario pueden sostener su popularidad por un tiempo pero no incentivan nuevas inversiones ni de los que llama “pelucones”, ni de emigrantes o medianos capitalistas, pero aún de agentes económicos extranjeros.
Esperamos que Rafael Correa, un hombre inteligente y bien preparado al ver estas preocupantes señales en la economía, reaccione controlando sus excesos verbales y estableciendo diálogos que resuelvan problemas en vez de agravarlos. La elección de asambleístas es otro factor que intranquiliza a algunos capitalistas pues hay candidatos con propuestas absurdas que no corresponden a la constitución o con programas fracasados en el comunismo del siglo pasado. Esperamos sensatez en los electores y madurez en la acción gubernamental para encausar la economía y que su desarrollo sirva para el progreso ciudadano.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO