¿Debe haber un NO positivo?
Con las desafortunadas propuestas que salen de la Asamblea de Montecristi y que pudieran incluirse en el proyecto constitucional, las muchas ofertas presidenciales de obras incumplidas y el deterioro económico familiar por la alta inflación y aumento del desempleo, bien pudiera ocurrir que a pesar del inmenso gasto publicitario iniciado prematuramente por el gobierno, la ciudadanía rechace la nueva constitución en el próximo referéndum.
Los desatinos de los asambleístas no solo tienen que ver con propuestas insustanciales e indecorosas sino también con algunas que atentan contra el derecho de propiedad y la posibilidad de que el Ecuador se desarrolle, como la mayoría de naciones, en base al ahorro, trabajo, inversión y utilización de recursos naturales. Algunos idealistas en Montecristi parecen preferir un país de pobres en vez de la realidad de diferentes niveles económicos que se produce en el género humano cuando existe propiedad privada y libertad de iniciativa y producción.
Por otro lado, el Presidente Correa lidera un gobierno que viene ofreciendo la construcción de obras de todo tipo: viales, ferroviarias, portuarias, hidroeléctricas, hidrocarburíferas, etc., para lo cual ha declarado estados de emergencia y hace propaganda de su construcción, pero la realidad es que ha demostrado poca capacidad de gestión y que las ofertas han sido prematuras. Esto es evidente para muchos ciudadanos.
Algunos mandatos de la Asamblea y políticas demagógicas del gobierno tienden a aumentar el desempleo en el país; condiciones del mercado mundial aumentan el costo de insumos agrícolas y alimentos, lo que acelera la inflación. Más desempleo e inflación van a afectar la imagen que tiene el pueblo de la gestión de Alianza País.
Por estos factores hay posibilidad que el poder mesiánico que Correa ha tenido en las elecciones pasadas fracase en esta ocasión. Si la alternativa por la que debemos votar es un sí o no a secas, y triunfa el No, la esperanza de fortalecer el sistema democrático planteada desde la administración del Dr. Gustavo Noboa se vería frustrada. Para evitar esa eventualidad, la respuesta negativa a la nueva Constitución debe incluir: la confirmación de la vigencia de la Carta Fundamental de 1998, la convocatoria a elecciones de un nuevo Congreso y la disposición de que este, sin el candado constitucional que esta preveía, realice las principales reformas que necesita Ecuador para fortalecer el sistema democrático.
Entre estas no pueden faltar el fortalecimiento del proceso autonómico, establecimiento de Partidos Políticos Democráticos, nombramiento de funcionarios de organismos de control con concursos públicos transparentes, revocatoria de mandatos y la vigencia de todos los derechos fundamentales.
Los ciudadanos debemos unirnos para exigir a los asambleístas y las autoridades electorales que el referéndum plantee así las opciones a los electores. En ese caso la democracia saldrá fortalecida.
Frase resaltada: La opción del No debe disponer la elección de un nuevo Congreso, el levantamiento del candado y reformas constitucionales fundamentales.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO