Centenaria Institución
El 24 de julio pasado, la Academia Nacional de Historia cumplió cien años de existencia. En ese fecha, en 1909, pocos días antes de que se celebrara en la capital del Ecuador el primer centenario de la revolución del 10 de agosto de 1809, bajo la dirección e inspirados en el pensamiento del celebre arqueólogo e historiador, Monseñor Federico González Suárez, Arzobispo de Quito, un pequeño grupo de ecuatorianos conformado por Luís Felipe Borja, Alfredo Flores, Cristóbal Gangotena, Jacinto Jijón, Carlos Larrea y Aníbal Viteri, suscribieron el acta de fundación de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Ecuatorianos.
Gracias al fecundo trabajo de la Sociedad, al que se incorporaron miembros de todo el país, el H. Congreso Nacional le reconoció el alto carácter de Academia Nacional de Historia, el 27 de septiembre de 1920, cuando dirigía la institución Don Jacinto Jijón y Caamaño. En aquella época habían diez miembros de número y veinte y cuatro miembros correspondientes, además de seis académicos honorarios y treinta y ocho correspondientes extranjeros, lo que demuestra el temprano crecimiento de esta institución que impulsó la investigación histórica y arqueológica en la nación, no solo por estudiosos ecuatorianos sino también por extranjeros que como Teodoro Wolf, Max Uhle, Marshall Saville, contribuyeron en la inmensa y nunca terminada tarea de buscar la verdad sobre nuestro pasado.
Han ocupado también la dirección de la Academia los ilustres ciudadanos Celiano Monge, Luís Felipe Borja, Carlos Larrea, Julio Tobar, Isaac Barrera, Jorge Salvador, Plutarco Naranjo y Manuel de Guzmán. Todos ellos han tenido presente y recordado a los miembros el pensamiento profundo y mensaje del fundador González Suárez: “Como la verdad es el alma de la Historia, buscad la verdad, investigad la verdad; y cuando la encontréis, narradla con valor. La Historia tiene una majestad augusta; la lisonja la envilece, la mentira la afrenta; solo la verdad le da vida”.
La Institución ha tenido un gran impulso bajo la dirección de Don Manuel de Guzmán Polanco, en el 2002 se reformaron los estatutos de la Academia, permitir el establecimiento de Centros Regionales cuando en una provincia existan más de cinco miembros, lo que ha permitido que se organicen Capítulos en Guayaquil y Cuenca, que promueven la actividad científica y académica en sus regiones de influencia y apoyan la organización nacional; hace dos años el Municipio de Quito le entregó a la Institución en comodato un magnifico local que le ha permitido ampliar sus actividades; dos meses atrás se realizó el Congreso Extraordinario de la Asociación de Academias Iberoamericanas de la Historia para celebrar el bicentenario de la revolución quiteña, Su magnifica labor culminará en octubre próximo cuando asuma la dirección el académico cuencano, Dr. Juan Cordero.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO