¡Basta ya!
Al terminar de escribir este comentario, asistiré a la gran marcha que se realiza en Guayaquil por las arbitrariedades, abusos e intolerancias de este gobierno contra ciudadanos e instituciones, no solo de esta ciudad sino del país entero. Lo hago, además de manifestar mi malestar por las actitudes gubernamentales, como un acto de constricción, porque yo fui uno de los ecuatorianos que voté por Rafael Correa para Presidente en la primera elección, pensando que el podría liderar un robustecimiento democrático en el país.
Hoy lunes en que se publica esta opinión, la prensa independiente habrá dado cuenta de la multitudinaria manifestación que llenará decenas de cuadras de la gran urge huancavilca, yo quiero comentar las causas que nos mueven, a pesar de la lluvia y el calor, para salir a demostrar por la dignidad nacional. No se manifiesta Guayaquil solo porque injustamente se le entrega menos renta por habitante que a los demás cantones del país, con burdas e infantiles explicaciones, ya que es la ciudad donde migra mayor número de ecuatorianos, y a quienes el municipio porteño debe esforzarse para darle servicios básicos, por lo que Guayaquil debería recibir no menos, sino más recursos per capita.
Los guayaquileños salimos a decirle al gobierno ¡Ya Basta! al aumento delincuencial, causado no solo por el crecimiento del desempleo, que ocurre por políticas antiempresariales de Alianza País, sino por absurdas leyes que convierten en contravención a delitos, inoperancia judicial que redime a reiterados criminales al cumplir un año sin sentencia, liberación de presos por falta de espacio en vez de invertir en nuevas unidades carcelarias. La delincuencia aumenta y el gobierno rechaza el apoyo del cabildo y empresas porteñas en equipos e instalaciones modernas para luchar contra la inseguridad. ¡Absurdo!
En menos de dos décadas, gracias a magnificas administraciones municipales, Guayaquil ha pasado de ser una gran pocilga, a una metrópoli limpia, ordenada, llena de árboles y hermosas plantas tropicales, orgullo de quienes aquí residimos y admiración de turistas nacionales y extranjeros. El gobierno de Correa se empeña en boicotear esta transformación, constantemente incita a que espacios públicos sean ocupadas arbitrariamente. ¡Insólito!
Decimos ¡Basta! al abuso de medios de comunicación públicos y cadenas informativas que mienten y realizan ataques personales contra quienes piensan diferente al mandatario. Los ecuatorianos pedimos respeto a la libertad de expresión.
Exigimos control y fiscalización del uso de fondos públicos, tanta emergencia ha servido para que se den contratos sin estudios ni planificación, cuyos incumplimientos están saliendo a la luz pública. Basta al despilfarro y corrupción.
La manifestación guayaquileña del 11 de febrero es un mensaje fuerte y claro al Presidente Correa. Ojala lo escuche, y rectifique.
Dr. Benjamín Rosales Valenzuela
Publicado en: Diario EL COMERCIO